Las bases filosóficas que fundamentan la aplicación de la : Hermenéutica
En el planteo de Gadamer (1992) la hermenéutica aparece como una teoría interpretativa que
posibilita entender la realidad construida a través de discursos y actos dotados de significado. Así, la interpretación no se reduce a los textos
y a la comprensión histórica que se puede alcanzar por medio de
su análisis, sino que:
Todas las estructuras de sentido concebidas como
textos [...] hasta las motivaciones conscientes o inconscientes de
la acción humana son susceptibles de interpretación. Esta pretende mostrar, no ya lo que es obvio y
aparente sino las verdaderas y latentes concreciones de sentido de la
acción humana, aunque lo haga [...] mostrando cómo nos pasan
inadvertidas las condiciones sociales e históricas de nuestro pensamiento.
[...] Ningún marco
interpretativo es arbitrario ni, menos aún, «objetivo». [...] la
reflexión hermenéutica demuestra que hay en él unos presupuestos
ocultos que son decisivos”. (1992: 372)
Gadamer insiste repetidamente en que la hermenéutica, tal como él la concibe,
responde a un problema ontológico, y no
metodológico. Verdad y método no es una metodología de las ciencias hermenéuticas ni de las ciencias del
espíritu, así como tampoco es una reflexión sobre los fundamentos
teóricos de tales ciencias.
Gadamer no pretende elaborar una preceptiva o una metodología técnica;
su proyecto es la formulación de una ontología hermenéutica. Gadamer ilustra
ulteriormente su punto de vista aduciendo el ejemplo de Kant, que planteó
una cuestión filosófica —y no metodológica—al preguntar cuáles son las
condiciones de nuestro conocimiento por las que es posible la ciencia
moderna.
También "la presente investigación —continúa Gadamer— plantea una
pregunta filosófica (...) Pregunta cómo es posible la comprensión. Es una
pregunta que en realidad precede a todo comportamiento comprensivo de la
subjetividad, incluso al metodológico de las ciencias comprensivas, a sus
normas y a sus reglas"
Alejándose del subjetivismo privilegiado por Gadamer, e intentando poner
un límite a la amplitud de la interpretación, Ricoeur (1999) plantea un giro en el
modo de entender la problemática al concebir la interpretación como
una búsqueda constante de sentido. Su pensamiento rompe con una serie
de dicotomías clásicas. A continuación se examinan tres
por su utilidad a los fines planteados. Entiende la comprensión y la
explicación en términos dialécticos, como dos
etapas diferentes de un arco hermenéutico único, conjeturando que en
la explicación “[...] desplegamos la gama de proposiciones y
sentidos, mientras que en la comprensión, entendemos o
captamos como una totalidad la cadena de sentidos parciales
en un solo acto de síntesis” (1999:84). La comprensión aborda
la totalidad del discurso a partir de una referencia relacional entre
los elementos. El significado del texto no está detrás, oculto, sino
en aquello de lo que se habla, el conjunto de referencias al mundo. Para
restaurar su sentido, recupera el contexto y reconstruye la
enunciación. En la explicación se analizan los elementos pero no establece
las relaciones entre los mismos, sólo se reinstala el sentido a partir
de un contexto mayor de comprensión.
La interpretación es el proceso que engloba a ambos, que no se circunscribe
a los signos escritos, sino que se caracteriza por la dinámica de la
lectura interpretativa y se cierra haciendo legible un texto extraño. En
la lingüística del discurso, para Ricoeur, se produce la articulación
entre acontecimiento y sentido, señalando que una particularidad de
esta dialéctica radica en el hecho de que el acontecimiento,
además de ser la experiencia tal como es comunicada, es el
intercambio subjetivismo mismo que acontece en el dialogo.
El acontecimiento, emergente particular, irrepetible y
evanescente, se sitúa en un espacio y tiempo determinado. Aún podamos
contextualizarlo, no puede ser interpretado de una vez y para siempre
por las reverberaciones de sentido que van más allá de su momento actual.
Dada su transitoriedad, se busca comprender el sentido de
la experiencia, es decir, los acontecimientos de la vida personal,
que se vuelve parte de la experiencia social acumulada al
ser comunicadas. Pero la vivencia como tal sigue siendo privada, sólo
es posible hacer público su sentido: “La comunicación en esta forma es
la superación de la no comunicabilidad radical de la experiencia
vivida tal como fue”. (1999:30)
Hermenéutica Profunda: el proyecto metodológico de
John Thompson
Nuestras interpretaciones no nacen de la nada, sino que nos movemos en
un universo pre-interpretado, mundo del sentido
común. Thompson (1993) entiende que todo objeto de investigación en las ciencias sociales es un
proceso de reinterpretación:
“El mundo socio histórico no es sólo un campo objeto [...]
también es un campo sujeto constituido, en
parte, de sujetos que, en el curso rutinario de sus vidas diarias participan
constantemente en la comprensión de sí mismos
y de los demás, y en la interpretación de las acciones, expresiones y sucesos que ocurren en torno a ellos. [...]
Los analistas ofrecen la interpretación de una interpretación,
reinterpretan un campo preinterpretado [...]”. (1993:302)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminaryo pienso que les hizo falta explicar las estructuras básicas para la comprensión las cuales son: • Estructura de diálogo: en el diálogo mantenemos nuestra comprensión abierta, para enriquecerla y corregirla.
ResponderEliminar• Estructura de mediación: la mediación se presenta y se manifiesta en todos los contenidos, pero se interpreta como comprensión en nuestro mundo y en nuestra historia.
• Estructura de horizonte: el contenido singular y aprendido en la totalidad de un contexto de sentido, que es preaprendido y coaprendido.
• Estructura circular: la comprensión se mueve en una dialéctica entre la precomprensión y la comprensión de la cosa, es un acontecimiento que progresa en forma de espiral, en la medida que un elemento presupone otro y al mismo tiempo hace como que va adelante. Estructura de diálogo: en el diálogo mantenemos nuestra comprensión abierta, para enriquecerla y corregirla. Estructura de mediación: la mediación se presenta y se manifiesta en todos los contenidos, pero se interpreta como comprensión en nuestro mundo y en nuestra historia.